Debilidades y Vicios

Caracas, café, Masseratti y política

Sobre la libertad de expresión, la tolerancia y otros males del fin del mundo

Caracas, Venezuela. Mi ciudad, mi país.

Crisis, pobreza. Viajes a Europa, carros del año, iPhones en todos lados. Playas, violencia. Caracas, Venezuela. Contrastres por doquier.

Hoy corre por la web un «documental» donde un grupo de jóvenes caraqueños dan su opinión sobre la situación de la ciudad, Caracas. En él denunciaban la violencia, la inseguridad, un país en la mierda, sí. Eso por un lado, tienen razón. Por otro lado, los chamos en una casa increíbles, hermosas y logradas por el trabajo de sus padres en este país que tanto les dio. Un mal contraste para un vídeo que denuncia la crisis.

Tiene un problema de forma, sí, Led ahí tiene razón en su comentario. Pero también de fondo y profundidad y eso no lo mencionó. Cuando comencé con mis comentarios no se hicieron esperar los que me dicen que no respeto la libertad de expresión y la tolerancia, sin entender que pues me estoy expresando.

Todo el tema de la «Tolerancia» me hizo recordar una charla del Padre Ugalde donde hablaba de la famosa «Tolerancia». Siempre he pensado que es como esa tipa que uno no quiere aguantarse porque tiene mal olor, porque está sucia, porque te agrede, pero aún así tiene que «aguantarla». Él ponía cómo ejemplo a los Judíos y decía algo así como «pídanle a un judío tolerancia para Hitler porque tenemos que entender que él tiene libertad de expresión». No son palabras textuales del padre, pero por ahí iba el asunto.

Hoy, en Venezuela, vivimos en una crisis de libertad de expresión. Particularmente creo que podríamos estar peor. Y es que mi mayor problema, con Chávez -por ejemplo-, no es la libertad de expresión sino la de tránsito y la de paz. Porque yo pana no camino tranquila por las calles, es verdad. Debo reconocer que he dejado de ser una romántica de las que cree que salvará al país con una elección y he aprendido a entender que si yo, Laura Solórzano no mejoro a diario como ciudadana seguiremos en la mierda. El cambio no está en Chávez, no. El cambio está en nosotros, en los que hacemos patria, en los que queremos tener familias y hacerlo aquí. Aunque yo hoy en día no tendría un hijo en Venezuela porque el costo es alto.

¿Me contradigo? Sí, sí lo hago, porque Caracas también lo hace, porque Venezuela lo hace, porque (y lamento informarles esto) somos seres humanos -igual que en todos los países del mundo- y lo que hace que otros funciones, o por lo menos eso he aprendido cuando he ido a estudiar Políticas Públicas afuera- es un sistema de leyes que se basan en la moral de sus ciudadanos. Porque aprendí que la institución no es el edificio bonito, sino la gente decente que está adentro. Porque comprendí que si todos los valiosos se iban, aquí querdarían los indecentes. Y sí, si me quiero ir un tiempo pero porque creo que independientemente del país, nosotros los jóvenes debemos recorrer y conocer cosas nuevas para traerlas a casa.

Sin embargo, y esto se los digo en serio, mi preocupación es que muchos de esos «jóvenes del este del este» que estudiaron en los mejores colegios y universidades sigue sin entender el verdadero problema en Venezuela, o por lo menos eso me transmitieron en el vídeo. No quiero decir que yo tenga la respuesta ¡Ojalá así fuese! Pero creo que tengo un poco más de sentido común, del que se aprende pateando calle y no en las universidades. Que esos chamos de «me iría demasiado» son los hijos de esos venezolanos que hicieron plata, trabajando honestamente, en un país de oportunidades, pero que se olvidaron que existía un país y que algún día les tenían que responder. Karma, que le llaman.

Sobre la libertad de expresión, la tolerancia y otros males del fin del mundo hay mucho por decir. Particularmente creo que todas las acciones tienen consecuencias buenas y malas y que así como aceptas las cosas postivas también debes aceptar las críticas. Porque en las críticas crecemos, porque la tolerancia y la libertad de expresión no pueden ser dos tarjetas de comodines que sacamos cuando nos «peleamos» entre nosotros, pero que cuando Mario Silva nos insulta ni de chiste la asomamos. Porque pedir Tolerancia y respeto para ese vídeo es burlarte en la sangre de los venezolanos. Porque si no entendieron el asunto, es mejor que se vayan sin CADIVI y prontito. Porque yo a este país lo quiero, y a esta ciudad LA AMO.

Nadie está obligado a amar al país en el que nace, pues es cuestión de azar, pero sí les pido que respeten al país en el que ahora están.

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11 pensamientos en “Sobre la libertad de expresión, la tolerancia y otros males del fin del mundo

  1. Marco en dijo:

    LAPIDARIO!!!

  2. Ani en dijo:

    Solo diré esto: cada quien es libre de irse, está bien; pero… ¿si todos nos vamos, quiénes se quedan? Este país no lo va a levantar una elección (la elección ayuda, es decir, nos proporciona una base de acción más sana y menos empinada para actuar), pero este país lo levanta cada joven PARTICIPANDO, TRABAJANDO DESDE SU FRONTERA PERSONAL Y CAMBIANDO SU ACTITUD. Muchos desconocen que nuestro país está viviendo un momento ÚNICO en la historia llamado Bono Demográfico: la población en edad de trabajar ha aumentado, permitiendo que el país pueda ser MUY PRODUCTIVO Y EFICIENTE. Somos le generación de cambio y lo vamos a lograr

  3. musicaymas2 en dijo:

    «El cambio no está en Chávez, no. El cambio está en nosotros…» Esa frase la repito por lo menos 5 veces al día

  4. Nino Bravo en dijo:

    El problema de Venezuela radica en la mentalidad RANCHIFICAGADA. Nuestro pais tiene pobres porque quiere…la pobreza en nuestra región es un hábito. No queda la menor duda. Un conflicto social por falta de querer superarse, de educación y respeto al prójimo. La puta viveza criolla, el “me importa un carajo los demás” la mediocridad, la falta de solidaridad. Veamos y copiemos lo bueno de cada pais. ..Japón, Hiroshima, como es esa ciudad hoy ? Ajá!! Y que me dicen de Suiza y Dubai??? Por eso digo, hoy nuestra patria (o los harapos que quedan de ésta) está sin rumbo, sin metas, repitiendo los mismos patrones cochinos de Caldera, Herrera, CAP, No somos ni seremos capaces de atraer inversiones privadas, mientras no existan libertades económicas…en fin, bien decia Renny cuando a los animales habia que ponerles una cerca alambrada para que entiendan que NO SE PODIA CRUZAR..y pues al final, para hacernos entender de una vez, que cruzar por el rayado es lo correcto, nos decia: “sepa que la única cerca válida para usted, es la de su propia inteligencia

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